martes, 15 de febrero de 2022

DANDO TUMBOS


Esto es parecido a lo que ocurre cuando después de mirar una imagen que se difumina por completo, aparece una siguiente donde ha transcurrido una pequeña eternidad. 

Así está siendo esto de cargar con tu pérdida, con acostumbrarme a la idea de continuar sin estar tomados de la mano, sin poder corresponder a los guiños e insinuaciones espontáneas que nos hacíamos.

Voy del ensueño a la pesadilla de sufrir tu ausencia en cada átomo de mi ser, de hallarme desconsolado porque mis ojos extrañan admirar tu efigie, y mis dedos siguen anhelando perderse por tus laberintos.

Esta es una travesía de altibajos constantes, de vacíos que parecieran ensancharse hasta el infinito, de lágrimas contenidas en un dique a prueba de filtraciones.

Vivo en la contradicción de sentirte a un palmo y al mismo tiempo, saber que ya te hallas en otro plano donde solamente te puedo tocar a través de mi pensamiento.

Y así voy, dando tumbos, casi siempre a punto de desfallecer, agobiado porque continúas tatuada en lo más hondo de mí, sin que encuentre un remedio para lidiar con la herida de haberte perdido irremediablemente.




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