domingo, 17 de diciembre de 2023

AUGURO QUE SERÁ UN GOCE

 

Este deseo de seguirte conociendo, no lo había experimentado por nadie más. Tratándose de ti, mi corazón rima sus latidos de inmediato, y es entonces cuando logro respirar al amor que vive en el aire. Su aroma seduce intensamente mis sentidos, de modo que pensar en ello, me da la inspiración exacta para poder escribir el cúmulo de letras que consigan cautivar la curiosidad de tu intelecto.

 

Ese dulce palpitar que se enciende dentro de mí, me otorga la pauta para danzar entre las aguas cálidas del pensamiento. Desde allí, me dedico a soltar la imaginación para deleitarme con su néctar refrescante. Convencido estoy de que eres lo más divino que jamás haya visto. Me lo confirman los suspiros que se escapan de mi pecho, mientras nos concibo con las manos entrelazadas, felices por habernos encontrado. Aunque de repente desvaríe, quiero que guardes en tus adentros lo que dicen estas líneas, pues el sentimiento que vive latente en mi pecho, ha hecho posible la osadía de ponerme a delinear lo que te digo a través de este medio, con la idea de que sea, lo más bello que te deje por escrito.

 

Tu influjo me llega con tal contundencia, que me hipnotiza hasta sentirme persuadido a revelarte las confesiones de este ser enamorado. Mi sangre adquiere mayor calidez cuando vienes a mi mente y mi deseo por abrazarte por largas horas, se acumula. Por eso me siento persuadido a decirte lo que en mí, provocas. Entonces nos pienso cercanos, esperando a que tus ojos me vean como soy, mientras me acerco a ti para probar de tus labios, todo su sabor.

 

Y que después de reposar tras el primer episodio de nuestra esperada entrega, volvamos a empezar una vez más, en ese delicioso juego de escarceos que van subiendo de intensidad cuando comienzo a rondar tus pechos expectantes para que mi boca termine por lamerlos. Auguro que será un goce recorrer con mis manos tu cabellera y tu espalda desnuda, luego sujetar tus caderas, y ya no soltarlas hasta volver a explotar de inmenso placer. Soñarte de ese modo es adentrarse en un paraíso onírico donde todo es plausible, y las almas acompasadas van y vienen, sumidas en el éxtasis que las hace desfallecer.  


Te amo como se ama lo más preciado, con esa ternura necesaria para no herir tu corazón en ningún instante. Mi amada musa, a quien yo mismo he decidido subir a dicho pedestal, hoy te agradezco por dejarme ser partícipe en la tentativa de acariciarte con la rúbrica de mis palabras. Ellas tan sólo buscan la espontaneidad de tus muestras de cariño, el día que tú y yo, nos veamos. 


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