No quiero rendirme creyendo que lo nuestro es un imposible. No quiero apagar la flama que dentro de mí crepita, por el profundo amor que te sigo teniendo.
Desde un inicio supe que no sería fácil llevar a cabo la osadía de ir en contra de lo establecido, y aún así quise alimentar la ilusión de estar juntos, compartiendo las alegrías de la vida.
Mi mente elabora un recuento instantáneo de la historia que hemos ido escribiendo y caigo en cuenta de que lo nuestro ha sido como subirse a una montaña rusa.
Es por eso que atesoro aún más los bellos momentos compartidos; las risas, los coqueteos, las oleadas de intenso placer. Ha sido maravillosa la complicidad que llega a conjugarse entre ambos.
Pienso en lo que tenemos, sin voltear a ver todo aquello que pudiera convertirse en un impedimento. Solamente ansío tenerte a mi lado, sin importar dónde terminemos por encontrarnos. Y así seguiré mientras pueda, sin perder la fe ni el consuelo.
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