CON CADA FIBRA DE MI SER

  

Cada día a tu lado es una aventura que atesoro, un viaje que no necesita de mapas ni de brújulas, porque mi único destino eres tú. Quiero agradecerte por todos esos momentos compartidos, las risas que resuenan en mi memoria y las pláticas que hemos tenido juntos. Por enseñarme que el amor no es sólo un bello sentimiento, sino también una decisión, una que tomo gratamente cada vez que despierto y viene a mi mente tu efigie.

 

Amarte ha sido la experiencia más hermosa y profunda de mi vida. Desde el primer momento en que te vi, supe que algo dentro de mí, había cambiado para siempre. Contigo he aprendido la verdadera esencia del amor: un sentimiento que se construye en la confianza, se nutre con la pasión y se sostiene con la lealtad. Has tocado mi alma de una manera que nadie más podría haberlo hecho. En tus ojos encuentro la paz que había buscado, y en tus brazos, una morada a la que siempre anhelo volver. Hay algo en tu sonrisa que ilumina mis días menos felices, y tu voz tiene la capacidad de calmarme, incluso en medio de la mayor exaltación.

 

Por eso digo que mi felicidad tiene tu nombre, en el silencio de la poesía contenida, en las caricias que se funden en la oscuridad. Tu dulzura es un susurro que me atraviesa, una caricia que me estremece, una canción que me enamora. Y cada vez, es mejor. Nos basta con sólo cruzar miradas. Sabes cuando quiero escapar del mundo, perderme en tu melodiosos jadeos, y adentrarme en tus profundidades. Sientes cuando todo me hastía y muero por lo dulce de tus besos. Lo sé, porque es justo cuando te muerdes los labios, y me miras a la boca.

 

Prometo estar a tu lado, en los días soleados y en los nublados, caminar contigo en la alegría y en la tristeza, y amarte con cada fibra de mi ser, pero ven y calma este fuego que hay en mí, con la miel que brota de tus finos labios como agua del manantial que habita en la tierra del deseo; deja que sea el aire quien descubra entre tus muslos mis anhelos, y que sea yo quien te diga al oído, lo mucho que te pertenezco.

AUGURO QUE SERÁ UN GOCE

 

Este deseo de seguirte conociendo, no lo había experimentado por nadie más. Tratándose de ti, mi corazón rima sus latidos de inmediato, y es entonces cuando logro respirar al amor que vive en el aire. Su aroma seduce intensamente mis sentidos, de modo que pensar en ello, me da la inspiración exacta para poder escribir el cúmulo de letras que consigan cautivar la curiosidad de tu intelecto.

 

Ese dulce palpitar que se enciende dentro de mí, me otorga la pauta para danzar entre las aguas cálidas del pensamiento. Desde allí, me dedico a soltar la imaginación para deleitarme con su néctar refrescante. Convencido estoy de que eres lo más divino que jamás haya visto. Me lo confirman los suspiros que se escapan de mi pecho, mientras nos concibo con las manos entrelazadas, felices por habernos encontrado. Aunque de repente desvaríe, quiero que guardes en tus adentros lo que dicen estas líneas, pues el sentimiento que vive latente en mi pecho, ha hecho posible la osadía de ponerme a delinear lo que te digo a través de este medio, con la idea de que sea, lo más bello que te deje por escrito.

 

Tu influjo me llega con tal contundencia, que me hipnotiza hasta sentirme persuadido a revelarte las confesiones de este ser enamorado. Mi sangre adquiere mayor calidez cuando vienes a mi mente y mi deseo por abrazarte por largas horas, se acumula. Por eso me siento persuadido a decirte lo que en mí, provocas. Entonces nos pienso cercanos, esperando a que tus ojos me vean como soy, mientras me acerco a ti para probar de tus labios, todo su sabor.

 

Y que después de reposar tras el primer episodio de nuestra esperada entrega, volvamos a empezar una vez más, en ese delicioso juego de escarceos que van subiendo de intensidad cuando comienzo a rondar tus pechos expectantes para que mi boca termine por lamerlos. Auguro que será un goce recorrer con mis manos tu cabellera y tu espalda desnuda, luego sujetar tus caderas, y ya no soltarlas hasta volver a explotar de inmenso placer. Soñarte de ese modo es adentrarse en un paraíso onírico donde todo es plausible, y las almas acompasadas van y vienen, sumidas en el éxtasis que las hace desfallecer.  

Te amo como se ama lo más preciado, con esa ternura necesaria para no herir tu corazón en ningún instante. Mi amada musa, a quien yo mismo he decidido subir a dicho pedestal, hoy te agradezco por dejarme ser partícipe en la tentativa de acariciarte con la rúbrica de mis palabras. Ellas tan sólo buscan la espontaneidad de tus muestras de cariño, el día que tú y yo, nos veamos. 

SUSPIRANDO POR TI

 

Hoy te voy a proyectar en mi mente hasta que lo real, le dé paso a lo imaginario. Quiero sentir que disfruto de tu divina presencia hasta hundirme en el calor de tus brazos.

Desde mi pensamiento más amoroso, tomo tu rostro apartando de él tu cabellera, y en total armonía con el hueco de mis manos, le doy un dulce beso a tu boca.

Siendo consciente de la fascinación que me provocas, me dejo llevar por cada uno de tus arrebatos. Aunque no lo pidas, me tienes al tronar de tus dedos, convencido de complacerte día y noche.

Ya he besado tus sueños con la intención de colarme entre sus pliegues. Ahora deseo palpar del amor, las pulsaciones que aún no he sentido. Hoy más que nunca, estás invitada a descubrirlas conmigo.

Porque ya vives en los parajes íntimos de mi alma. En ellos, hay un sitio resguardado donde sólo habitas tú. Así es que no quiero que esta vida se me escape, sin que estés bien enterada, de que vivo suspirando por ti.

EN CADA LATIDO ACELERADO

Cuando tú y yo estamos juntos, conseguimos borrar por completo las huellas de la distancia. Incluso, pareciera que dejamos de ser de carne y hueso.

Es entonces que nos volvemos aire perfumado de sentimientos a flor de piel. Mi boca pronuncia un te amo como la clave precisa para entregarnos. 

Nos besamos con vehemencia hasta volvernos etéreos. Al cerrar los ojos, nos convertimos en polvo de estrellas volando entre ecos acompasados. 

Vamos y venimos, tal como la marea choca repetidamente contra la costa. Si lo meditas con calma, verás que somos como un sueño húmedo hecho realidad en cada latido acelerado. 

No hay nada que me dé tanto gozo, ahora que lo concibo de esa forma. Lo cierto es que en el Edén de las delicias compartidas, nos olvidamos de la marcha incesante del reloj, y levitamos con el alma plena de dicha.

NADA ME IMPORTA MÁS

Ese fuego tuyo tan intenso, me derrite deliciosamente. Me quema y me abraza por completo; me dice todo, sin decirme una sola palabra.

Eres tú, mi deseo permanente. Es en mi imaginación donde disfruto de tu cuerpo desnudo. Saberte húmeda y en plena excitación, estimula la maquinaria de mi pensamiento. 

Imagino cómo se humedece tu sexo cuando me sientes dentro de ti. Y es en momentos como éste, cuando quisiera besarte una y otra vez, para gozarte sinfín.

Todo me entregas, sabedora de tu capacidad de amar. Me consientes con tus suaves manos, con tu alma benévola, con tus ojos atentos, mientras yo me quedo mirándote totalmente mía, sintiendo tu cuerpo agitado, yendo a la par del mío.

Por mi parte, lo entrego todo, desde mi estado de dicha actual, hasta mis próximas victorias y futuras participaciones. Lo único que quiero que recuerdes es que nada me importa más, que el hecho de seguirte amando como lo hago.

EL SABIO PASATIEMPO

Te propongo una relación apasionada, sin lágrimas y con infinidad de alegrías y sueños por cumplir. Alimentemos la posibilidad de tenernos un amor entregado y sin falsas conjeturas.

Hoy te entrego en las manos un sentimiento genuino y poderoso, que va más allá de lo superfluo. Vayamos en pos de su consolidación.

Cuando te tenga cerca, voy a apagar las ansias de tu cuerpo. Viéndote frente a mí, me voy a extasiar con tu desnudez, antes de probar la tersura de tu piel.

Deseo besar tus labios frente a la luna, perderme en la suavidad de tu sexo y beber de su dulce néctar, mientras mis manos recorren tus encantos femeninos.

Déjame acariciarte con suma parsimonia, mientras mis besos y caricias te colman para despertar el fuego que hay en ti.

Sin objeciones de por medio, vamos a prendarnos sin tregua alguna, convencidos en destrozar cualquier rastro de monotonía. 

Vamos a adentrarnos en el sabio pasatiempo de hacernos nuestros, entre jadeos, frases subidas de tono, y orgasmos de gran intensidad.

LA OSADÍA DE AMARNOS

Cierro los ojos y miro la imagen seductora de dos cuerpos que danzan por las fronteras de la divina tentación. Somos tú y yo, unidos por la inercia del amor. Nos enlazamos sin mayores perturbaciones, con el ánimo de no separarnos nunca.

Aparecen destellos de luz en medio de la inmensa oscuridad, nuestro tacto se afianza a la piel y  luego nos perdemos en un maratón de caricias acumuladas.

En medio del océano de sensaciones que se despiertan, nos volvemos durmientes de la oquedad insomne y ejemplo de la coquetería innata que acompaña cada gesto y cada guiño.

Siendo protagonistas de una coreografía de honda sensualidad, perdemos todo ápice de cordura y nos entregamos felices al caudal de la locura, mientras nos ahogamos en un eclipse de besos.

Bañados de nuestra propia desnudez, nos vestimos con la voluntad de intentarlo todo, hasta perpetrar la osadía de amarnos a cualquier hora, desde donde sea, y como el principio más alto.